El incremento de la población mundial, los procesos de urbanización y la mejora en el poder adquisitivo en países como China e India nos lleva a redescutir el nuevo escenario alimentario mundial.
En el mundo hay 6000 millones de habitantes, y se prevé que en el 2030 habrá 8500 habitantes. Habrá que alimentar 2500 millones de personas más con los recursos naturales y tecnología actual y futura disponible.
En China el 30% de sus tierras de cultivo está arruinado por lluvias ácidas, producidas por energía a base de carbón y de la industria.
Los continentes que deben afrontar el desafío de ser los proveedores de alimentos son África y América Latina, por el desarrollo tecnológico y producción actual de alimentos.
Se plantea la necesidad de encontrar una política económica que aliente a los que producen agro, industria y servicios y disminuya con justicia. El modelo que se produce lo deciden los técnicos chinos, lo mismo que cuánto, dónde, cómo o con qué tecnología y quién se lleva la producción es el eslabón final de la cadena.
Es responsabilidad de cada nivel de gobierno asegurar la disponibilidad de alimentos y porque también la producción e industrialización de alimentos es un camino claro de desarrollo que aparece para nuestro país.
No tenemos que postergar el aumento de superficie cultivable para atender el aumento de la demanda de alimentos no puede hacerse a costa de la deforestación producción de alimentos o biocombustibles, energías alternativas.
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