lunes, 28 de abril de 2014

Crisis mundial - La encrucijada capitalista

La fuga de capitales y el derrumbe de la bolsa definen un escenario global amenazado por la desocupación. En 1997, luego del sacudón que tuvieron los tigres asiáticos, China, India y Japón comenzaron a ahorrar más de la cuenta para prevenir nuevas crisis. Un ahorro descomunal se dirigió hacia los principales bancos estadounidenses y europeos que lograron maximizar sus ganancias. El ahorro excedente se utilizó para otorgar préstamos con el fin de estimar el consumo y préstamos hipotecarios, luego transformados en bonos negociables en el mercado de capitales. Los bonos comprados y vendidos rápidamente en la Bolsa, fueron presa fácil de la ola de especulación que se desató en Wall Street. El ahorro asiático se canalizo en la primera potencia y el consumo en los Estados Unidos llegó a niveles siderales. Se sumaron los desequilibrios del sector público, la guerra en Irak atrajo endeudamiento y déficit fiscal al gobierno de George W.Bush.
Para evitar una espiral inflacionaria la Reserva Federal (Banco Central de Estados Unidos) subió las tasas de interés gradualmente pero como muchos créditos hipotecarios eran tasas variables, las cuotas subieron, aumentó la morosidad y comenzaron las ejecuciones por falta de pago. Los bancos privados se convirtieron en agentes inmobiliarios, cada vez contaban con más casas dispuestas para remate por falta de pago de sus propietarios. Los precios de las viviendas comenzaron a descender y junto con ellos el valor de las garantías ligadas con el precio de los inmuebles. Cuando ocurre una crisis económica internacional difícilmente haya solo una causa, sino que hubo falta de regulación e ineficiencia en los controles existentes.
Un punto de inflexión se produjo en el 2008, cuando el barco de inversión Lehman Brothers, fundado en 1850, se declaró en bancarrota. Ocasionó pánico global, se expandió la fuga de capitales, la crisis se trasladó de las altas esferas a la economía cotidiana y pérdida de puestos de trabajo. Pequeños bancos regionales de los Estados Unidos cerraron las puertas y el Tesoro norteamericano ingresó más dinero en el marcado. Nacionalización del Citigroup: el Estado compro el 36% del paquete accionario y así impidió la quiebra.
En los Estados Unidos hubo 12 millones de desocupados. La crisis destruyó 5 millones de puestos de trabajo y se espera que disminuya otros 6 millones en Europa, y 50 millones en todo el mundo. España tenía el 14% de desocupados, y aparecieron fenómenos de violencia y xenofobia que se agudizaron con la depresión. La economía asiática más dependiente de sus ventas a los Estados Unidos fueron las que más sufrieron el impacto financiero. Todos los negocios se volvieron riesgosos y quienes tenían fondos disponibles para prestarlos prefirieron no hacerlo. El capitalismo funciona en base al crédito y arriesgarse a la experiencia de la quiebra de Lehman Brothers multiplicada fue descartado por temor a costos irrepetible. En febrero del año pasado, la administración de Barack Obama aprobó un paquete fiscal por 789 mil millones de dólares para ser utilizados en 2 años. La cifra es inédita y equivalente al 5% del PBI, dos tercios se utilizan para ayudar a los deudores hipotecarios, la industria automotriz y la invención en infraestructura, y el tercio restante se utilizará para hacer devoluciones de impuestos a familias y empresas. EL capitalismo mostró tener enorme flexibilidad, esta es su mayor virtud.

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